miércoles, 26 de noviembre de 2008

La Informalidad


Nuestra idiosincracia es, lamentablemente, la del "criollo sacavueltero" pues siempre queremos hacer las cosas como nos convienen. Tenemos una animadversión crónica hacia las reglas de conducta. Procedemos a "punta de reflejos". No hacemos el menor esfuerzo para analizar las cosas antes de actuar. Hacemos las cosas "al tun tun". El más vivo trata imponer sus ideas como de lugar. Para él no valen las normas. Pero, además, emplea argumentos -si es que los tiene- ajenos a la verdad para conseguir sus propósitos y justificar sus acciones.

Un ejemplo de todo lo dicho se está dando con la actuación deprimente que ofrecen las actuales autoridades deportivas. Por ejemplo, el señor Woodman pretende hacer creer a todo el mundo que las leyes peruanas están por encima de los Estatutos de la FIFA y que él está defendiendo los fueros patrios En este caso, Woodman actúa como un ignorante o como un hombre perverso; hacer el mal sólo para dañar a alguien.

La cosa es simple: La FIFA tiene sus propias normas para dirigir el fútbol a nivel mundial. Y nosotros lo sabíamos cuando nos incorporamos a ese organismo. De manera que en las actuales circunstancias o nos alineamos a las reglas de la FIFA (que, por supuesto, no atentan contra el orden ni las buenas costumbres de nuestro país) o simplemente nos quedamos sin fútbol a nivel internacional.

Todos sabemos -menos el señor Woodman- que nuestro país se incorporó libre y soberanamente a la FIFA. Nadie nos obligó a ello. Sin embargo, este señor pretende hacernos creer que dicho organismo no se adecua a las leyes peruanas. Esto es sencillamente absurdo .

Ojalá el gobierno con un poco de sensatez, mande a su casa al señor Woodman y designe a un reemplazante que tenga más criterio y no se trate solamente de un "criollo" más, porque en este caso se perjudicaría a los millones de hinchas del fútbol.

1 comentario:

chimpancé dijo...

tienes mucha razón, el problema es que los medios de comunicación no hacen conocer esta verdad y le hacen cargamontón a burga, sin percatarse de que woodman tiene gran parte de responsabilidad. ahora sólo queda esperar a que la FIFA se apiade de nuestra ignorancia y revoque la sentencia.